sábado, 15 de septiembre de 2012

La Independencia en Honduras.

La supuesta Independencia de Honduras en el 15 de septiembre de 1821.

Muchos de nosotro los hondureños creemos que la fecha de la Independencia de Honduras es el 15 de septiembre de 1821. De hecho, el 15 de septiembre es un día de asueto nacional, y esta fecha se encuentra al pie del escudo nacional junto con la leyenda: República de Honduras, Libre, Soberana e Independiente.

Pero esto no es correcto...
Otro grupo de hondureños más informados nos dirán que el 15 de septiembre de 1821 es la fecha en que Centroamérica proclamó su independencia de España, pero esto tampoco es correcto.
La famosa “Acta de Independencia” del 15 de septiembre de 1821 ni siquiera establece la Independencia de Centroamérica, sino que pospone la decisión sobre este asunto, delegándolo a un Congreso que se reuniría en marzo de 1822.

En realidad, el acta del 15 de septiembre de 1821 solo era una maniobra de la aristocracia criolla para impedir que la Independencia tuviera alcances revolucionarios. Con el acta del 15 de septiembre se buscaba mantener el régimen colonial, con las mismas autoridades, que ahora no tendrían que rendir cuentas a España.

Y la Independencia misma solo se tomó en consideración en base a un recurso desesperado para “prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase el mismo pueblo”, como lo dice la misma acta redactada —pero no firmada— por José Cecilio del Valle.

Con esto se ve la falsedad de lo que afirma el himno nacional hondureño, cuya letra fue compuesta por Agusto C. Coello, que compara lo sucedido el 15 de septiembre de 1821 con la Revolución Francesa.
La verdad es que el 15 de septiembre de 1821 no es una fecha gloriosa de liberación nacional, sino una fecha en que las expectativas de los patriotas fueron traicionadas, y la democracia pisoteada, porque inmediatamente la aristocracia criolla maniobró para anexar Centroamérica al imperio mexicano de Iturbide, con el fin de mantener sus privilegios amenazados por una revolución democrática y republicana, anexión que se proclamó oficialmente el 5 de enero de 1822.
El acta de anexión a México fue redactada —y esta vez sí— firmada por José Cecilio del Valle, el cual es tenido por un gran prócer en Honduras. Y sin embargo, fue por la influencia de Valle en el Congreso mexicano que Centroamérica logró su independencia de México, independencia que se proclamó oficialmente el 1 de julio de 1823, por la Asamblea

Constituyente Centroamericana.
Esta Asamblea Constituyente decidió que el sistema de gobierno de Centroamérica sería republicano y federal, con autonomía para cada uno de los cinco estados que lo conformaban: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

En el marco de esta constitución política Manuel José Arce fue elegido como el primer presidente de Centroamérica el 5 de marzo de 1824, y el 16 de septiembre de 1824 resultó electo Dionisio de Herrera como primer Jefe de Estado de Honduras.

Pero la Unión Centroamericana no pudo consolidarse por la fuerte oposición de los conservadores, que querían preservar el opresivo sistema de privilegios de la colonia española.

Al general Francisco Morazán le tocó combatir contra la reacción anti-democrática, que había encontrado un fuerte aliado en el oscurantismo católico, pero la proporción de fuerzas no le favoreció, y a Morazán le tocó pagar con su vida el haberse atrevido a soñar con una Patria Grande. Morazán murió fusilado el 15 de septiembre de 1842 en Costa Rica.
Una vez muerto Morazán, la reacción conservadora triunfó, y el sueño de la Federación Centroamericana se truncó. Pero ya Honduras se había declarado independiente de la Unión Centroamericana el 26 de octubre de 1838. Esta fecha tampoco fue de gloria para Honduras, ya que significó un retroceso histórico, al sumirse el gobierno hondureño en una fuerte reacción anti-morazánica de la mano del presidente Francisco Ferrera.

El ideal republicano y democrático apenas comenzó timidamente en 1876 en Honduras en la llamada “Reforma Liberal”, dirigida por el presidente Marco Aurelio Soto y su ministro y asesor Ramón Rosa.

Luego siguieron cincuenta años de guerras fratricidas, a las que puso fin la dictadura de 16 años de Tiburcio Carías Andino. Carías gobernó desde 1933 hasta 1949.

Con Carías al fin se lograron controlar las guerras intestinas y los movimientos insurgentes, aunque con un alto costo social, por la brutal represión que se desató contra los enemigos del régimen.

Y es con esta represión del gobierno de Carías cuando al fin se logró consolidar el Estado hondureño, pero esta consolidación iba acompañada de la subordinación de los intereses de Honduras a los de las compañías bananeras norteamericanas. La influencia de Estados Unidos nunca dejó que el Estado de Honduras fuera realmente independiente.
Poco a poco el pueblo hondureño ha ido conquistando cada vez más espacios de libertad democrática, pero el cáncer de la corrupción interna y la dependencia de las ayudas del exterior todavía constituyen una afrenta contra la dignidad nacional.

La Independencia de Honduras, por lo tanto, no es un evento épico que sucedió en el pasado, como lo enseña la educación oficial, sino que es algo que se ha ido logrando penosamente, y es todavía un proyecto por realizar.

By: N. H....

2 comentarios:

  1. Felicito al autor de este artículo; es asombroso cómo el sector educativo se ha prestado (en todos los países centroamericanos) a crear, enseñar y hacer valer en la mente de los jóvenes, una historia que no es real. Todos hemos sido educados de tal manera que "gloriamos" la fecha de la independencia; al menos en los lugares donde leemos el acta (como en Guatemala, mi país) podemos atender a su redacción y darnos cuenta que no existía en aquel momento del 15 de septiembre, el sentir auténtico de respetar los principios de una democracia. La historia nos ha cambiado de colonizadores: de los españoles que trajeron espejos y se llevaron nuestro oro, a USA (declaradamente en la época bananera y solapadamente en el presente) y demás países extranjeros que ahora doblegan soberanías y hacen depender a los Estados de préstamos irrespetuosos o donaciones condicionadas que hacen que vayamos siempre atados a sus intereses espurios.

    Valdría la pena realizar un conversatorio con jóvenes y no tan jóvenes, que nos permita a los centroamericanos conocer qué significa libertad y deducir si gozamos o no de ella en cada uno de nuestros territorios.

    ResponderEliminar
  2. Soy el autor original de este artículo, que se ha copiado aquí sin mi permiso. Le pido gentilmente que retire y borre este artículo de su blog a la brevedad posible.

    Artículo original: El mito de la Independencia de Honduras en el 15 de septiembre de 1821

    ResponderEliminar